El año 2024 se presenta no solo como un lienzo en blanco para los creativos y artistas, sino también como un escenario crítico en el teatro de nuestra sociedad global. Durante años, hemos sido testigos y, a veces, participantes involuntarios en una narrativa de cambio impulsada por las instituciones que nos gobiernan. Desde el amanecer del milenio con la alarma del Y2K, hemos bailado al ritmo de una “primera pandemia de miedo”, una sinfonía que ha resonado hasta nuestros días. Este año marca un punto de inflexión. Nos enfrentamos a una encrucijada donde las fuerzas de la descentralización, alimentadas por el avance del software, luchan por redefinir nuestro mundo. El auge de las CBDC (Central Bank Digital Currencies) amenaza con reescribir las reglas de la libertad y la creatividad en el espacio digital. Si permitimos que estos planes se solidifiquen sin nuestra intervención creativa y crítica, podríamos perder una oportunidad única de reimaginar y remodelar nuestra realidad. Como artistas, creadores y pensadores, tenemos un papel fundamental que desempeñar en este drama global. Nuestro arte no es solo una expresión de belleza o disidencia; es una herramienta poderosa de transformación social. Debemos levantar nuestros pinceles, nuestras cámaras, nuestras palabras, nuestro pensamiento crítico y nuestras voces para co-crear una visión reconciliadora para este mundo, una que celebre la libertad, la innovación y el amor colectivo. La película “La Matrix”, más que un simple entretenimiento, se ha convertido en una profecía de nuestro tiempo. Nos recuerda que la realidad es moldeable, susceptible a ser reinterpretada y reinventada. Este año, y en los que siguen, tenemos la oportunidad de ser los arquitectos de una nueva realidad, una donde el arte y la creatividad sean los pilares de una sociedad más justa, libre y vibrante. En este lienzo de posibilidades que es el 2024, cada trazo cuenta. Es el momento de unirnos, inspirarnos mutuamente y actuar. Juntos, podemos dar forma a un futuro donde el arte no solo imite a la vida, sino que la transforme profundamente.
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